Reseñar el Salón del Mueble de Milán 2022 significa un sinfín de impulsos y emociones difíciles de transmitir.
Evento extraordinario que marca el pulso y ritmo del mundo del Diseño, representa una oportunidad ideal para inspirarse en el universo del mobiliario, el arte, el diseño de interiores y todo aquello asociado a la experiencia del hábitat contemporáneo.
Para cada uno de los participantes, ya sea como expositor, productor o simple visitante, el entusiasmo y las expectativas depositadas son siempre enormes.
Si consideramos, además, que las ediciones previas del Salón fueron condicionadas por efecto de la pandemia, la necesidad del reencuentro interpersonal con los profesionales y referentes destacados del Diseño se acrecentaba y potenciaba el interés.
Colegas, amigos, colaboradores y proveedores de la industria del mobiliario nos esperaban con sus puertas abiertas para ratificar y mostrar las nuevas tendencias de los múltiples salones propuestos que se dieron cita en esta especial 60º edición:
Desde el primer momento los sentidos se agudizaron para captar las novedades y argumentos que marcaron la diferencia, ordenando las miradas en diversos ejes temáticos para luego extraer nuestras propias conclusiones.
La apuesta al color fue contundente. La tendencia cromática fue marcada por el predominio de los tonos pasteles de suave intensidad, la paleta de colores tierra, verdes y una fuerte consolidación de los tintes terracotas –aplicados a todo tipo de mobiliario, caja arquitectónica, complementos y objetos de uso cotidiano con diseño- presentándose como alternativa a los colores tradicionales.
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